Si te rodeas de estrellas, brillarás. Si te rodeas de barro, te embarrarás. Hay entornos tónicos y entornos tóxicos. Entornos fértiles y entornos estériles. Y nuestro entorno, ejerce una fuerza invisible y sigilosa de la que no somos conscientes, y que, nos afecta enormemente.
En muchas ocasiones, personas que pasan muy desapercibidas, cuando cambian de entorno, su potencial se destapa (tanto en lo personal, como en lo profesional). Y es nuestra responsabilidad, decidir de quién nos rodeamos, a quién eliminamos de nuestra vida, con quién reducimos nuestro tiempo y a quién incorporamos.
Por todo ello, te sugiero que te rodees de personas que favorezcan tu autoestima y tu aprendizaje. Te sugiero que te rodees de gente extraordinaria.
La vida se construye en plural. El “yo” carece de sentido sin el “nosotros”. Los logros en solitario siempre saben peor; las penas en solitario siempre se hacen más cuesta arriba. Y no se trata tanto de cantidad como de calidad. Se trata de conectar emocionalmente con los demás.
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